viernes, septiembre 1

Cuanto más me ignoráis, más libre me siento.

martes, agosto 29

El dolor ya es mi vida

De nuevo volveré al gimnasio, como casi todos los días. Quizás sea la necesidad de sentirme vivo, de notar como fluye la sangre por mis venas, el dolor, el placer...

Suelo ir a mediodia porque es cuando hay menos gente, incluso en la sala de pesas a veces no hay nadie. Como cada vez que me reencuentro en ese lugar, sin ganas, ni motivación, sólo esa necesidad de algo, indefinido. Empiezo con el calentamiento y sentir como mis pulsaciones van subiendo, como mis piernas se calientan y mis manos se comienzan a escurrir por el manillar de la bicicleta estática o el cardiopower. Mi mirada se pierde en el vacio, mi corazón pugna en mi pecho y cada vez siento más y más esa necesidad de volar.

Mis piernas solo pueden ir mas rápido y mi mente se disipa. Mis sensaciones se agolpan como fieras desbocadas que arañan y muerden mis entrañas. Más rapido, más rapido, el sudor resbala por mi cuerpo y me escuecen los ojos. Mi cabeza está a punto de explotar, ¿podria morir asi?, ¿quien vendria a recogerme?.. jajajaja... mil impresiones, mil pensamientos inconexos, mil pulsaciones por minuto... piiiiiiiii! suena la señal de 30 minutos.

Cada dia tengo en la rutina un grupo muscular, una parte de reventar de mi anatomía. Empiezo con pocas series de muchas repeticiones y supuestamente poco peso, pero yo me resisto a no agotar la última gota de fuerza desde la primera serie y cargo peso. Cada repeticion es un trallazo y cada serie un camino al dolor. Intentar no pensar en nada, solo llegar, quemarlo todo con la mayor lentitud posible y sentir como mi sangre fluye hacia la madeja de fibras que se esconden entre mis entrañas. Creo que debo estar ridículo ante los ojos de la gente del gimnasio pero ya no me importan esas cosas, solo poner a prueba mi resistencia hasta el fin, si es necesario.

Muchas veces he pensado que es una especie de suicidio lo que estoy haciendo, pero realmente ¿que es vivir? Parafraseando a El lute: "Camina o revienta". Aun no me he lesionado, tampoco espero lesionarme porque voy con mucho cuidado en los ejercicios, quizás un día mi agitado corazón no lo soporte, pero tampoco me quiero quedar en la mediocridad del miedo. Se terminaron los tiempos de la compasión, incluso conmigo mismo. Calificadme como queráis, pero ¿no son los momentos dolorosos de la vida los que más intensamente vivimos?

Solo sé que no voy a permitir que se detenga ni un solo segundo la vida, aunque ello suponga dolor y esfuerzo. Y el dia que caiga descansaré, tan solo como nací.