He observado que cuando alguien comienza una relación con otra persona trata de intercambiar "algo", hacer una especie de
trueque (yo te acompaño a cambio de que tu me sonrias, yo te invito a cenar a cambio tu haces el trabajo x, yo te lavo la ropa y tu a cambio me das dinerito, yo escucho a un ser indeseable a cambio satisfago mi ego protector, etc... y de los trueques más "placenteros" : practico sexo contigo a cambio de que lo puedas hacer conmigo, voy contigo a cenar a cambio de que me hagas reir, etc...)
Puede funcionar bien, ese intercambio se da, se pueden seguir sucediendo más tipos de intercambios entre sólo dos personas hasta el punto de firmar "simbólicamente" ese contrato al que llaman "amor"* , "amistad"... Y yo, personalmente lo encuentro muy lícito, incluso necesario para la conservación de nuestra especie. Aunque, como todas las cosas perecederas de este mundo, cuando realmente te das cuenta que la relación es un insulso trueque es porque no te sientes beneficiado en ese intercambio y comienzas
a echar cuentas. Si ocurre en relaciones de pareja, lo mas coherente sería que cancelaras el "contrato". Aunque también existen esas relaciones cuyo "contrato" tiene claúsulas inamovibles y no puedes/quieres cancelarlo (llámese fanatismo religioso, trastorno de dependencia, egoísmo, masoquismo, etc...) Nada mesurable de este mundo dura para siempre, cambia y se transforma... Lo recomendable, quizás para mi, sería continuar relacionándote (intercambiando) con las mismas personas, que en el fondo navegamos en el mismo barco, aunque cambie el tipo de transacciones.
¿Acaso alguien puede decir que no hace ese tipo de trueques? ¿hasta cuando permanece ese amor, en todas sus variantes (filial, paternal, de pareja, etc.)? Fijaros cuando empezáis una relación amorosa o amistosa con alguien, la típica pregunta que os hacen... "¿que es lo que le ves?" o esas justificaciones como... "Aunque no es muy guapa es simpática" o... "Ese chico es muy inteligente, además besa muy bien".
Desgraciadamente vivimos en un mundo donde, para muchos, sólo existe aquello que podemos medir, pesar o analizar según ciertos parámetros. Así poder comprarlo, venderlo o intercambiarlo arreglo nuestros deseos y/o posibilidades, incluso los sentimientos.
*para mi es "falso amor" o "amor dependiente".