Además de saberlo hace tiempo, ya me lo tuvieron que recordar. Este tipo de cosas revuelven mucho todo lo que acarreamos dentro. No quise hacer caso, elegí experimentarlo y asumir todas las consecuencias. Pero hay algo que puede más que mi miedo a la locura y es mi inquietud por conocer ese lado desfigurado, sombrío, esa cara oculta, ese mundo de posible no-retorno, o de extásis infinito. Hay algo que me empuja a vivenciar eso, y he de hacerlo en esta vida ya que cuando muera no podré. Y aunque hay personas encantadoras que han seguido esa parte de mi vida, por lo que he escrito desde hace unos años por aqui, me encuentro terriblemente solo.
E irremediablemente continúo desgranando mis pasos por callejones donde se desvanecen los colores. Donde se esconde el sonido de los deseos y la soledad más angustiante. Mundo que está dentro de este, donde habitan las sensaciones y los sueños perdidos. Donde el dolor del pasado dejó el lugar a los recuerdos con aroma a café y madera vieja. Donde labraron surcos en las calzadas de adoquines, las cadenas de nuestro destino...
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